martes, 9 de julio de 2013

Las personas atractivas tienen mayor capacidad de persuasión

Sería ideal, y lógico, que a la hora de tomar una decisión, nos fiáramos de las personas que tengan una alta credibilidad, pero ocurre un hecho sorprendente y es que, muchas veces, el grado de atractivo que posee una persona influye sobre nuestras decisiones.

Cuando hablamos de atractivo, no nos referimos sólo a la belleza física de una persona, sino a ciertas cualidades como la simpatía, el carisma... Diríamos que el atractivo es un atributo que incrementa la fiabilidad de la fuente, y la hace creíble.

Diversos estudios afirman que una persona atractiva ejerce una mayor influencia en los demás tan solo por el hecho de ser atractiva, y su influencia es aún mayor cuando expresa abiertamente su deseo de ejercer dicha influencia en nosotros. Esto se debe a diversos motivos: por una parte, cuando una persona nos gusta queremos complacerla. Además, el atractivo se asocia con la deseabilidad del mensaje que transmite, de manera que dicho mensaje nos parece también más atractivo. Por último, las personas suelen asociar el atractivo físico a otras características positivas, como honestidad, sinceridad o credibilidad.

Además, las personas que se reconocen como atractivas saben del efecto que poseen en los demás y lo potencian para conseguir lo que desean, o para evitar problemas. Así, por un lado, las propias campañas publicitarias utilizan personas atractivas para conseguir la venta de sus productos, porque se considera que el atractivo esta relacionado con la fiabilidad del producto. También se ha comprobado que, algunas personas pendientes de condenas judiciales y que se habían valorado como más atractivas, recibían penas menos duras.


Terminamos con una frase de Roger Ailes, asesor de las campañas de los presidentes Bush y Reagan, quién decía que "si le gustas a quienes te oyen, te perdonarán casi cualquier cosa".


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