jueves, 18 de abril de 2013

Trastornos Mentales de Cuento (I) : El Síndrome de Peter Pan


Empezamos hoy una serie de entregas sobre trastornos mentales de cuento, aquellas conductas anómalas que han sido agrupadas y categorizadas como síndromes relacionados con personajes de los cuentos clásicos. Hoy vamos a hablar sobre el niño que no quería crecer.

El Síndrome de Peter Pan es definido como el conjunto de características que sufre una persona que no sabe o no quiere aceptar las obligaciones propias de la edad adulta, no pudiendo desarrollar los roles que se le exigen (como adulto, como padre, como pareja...) que se esperan según su ciclo vital o circunstancias personales.

Este síndrome es más frecuente en varones y habitualmente se asocia a problemas para proporcionar seguridad a otra persona, ya que ellos mismos son los que necesitan sentirse protegidos y cuidados por otros. Este hecho les incapacita en gran medida, ya que lastra su desarrollo personal y dificulta sus relaciones sociales, asociándose con sentimientos de soledad y sensación de dependencia.


El perfil de la persona "Peter Pan"

Son personas con una gran incapacidad para comprometerse y cumplir sus promesas, incapaces de asumir responsabilidades, tienen una fuerte dependencia emocional, tienden a ser egoístas y narcisistas, su comportamiento es negativista y rebelde, no muestran empatía, tienen una baja tolerancia a la frustración y verbalizan claramente no querer envejecer (pudiendo idealizar su juventud).


Consecuencias del síndrome de Peter Pan

Aunque Peter Pan pudiera vivir en un mundo de fantasía, las personas que lo imitan no. El síndrome de Peter Pan trae consigo importantes alteraciones emocionales y conductuales. A nivel emocional son frecuentes los niveles de ansiedad elevados y de tristeza, pudiendo adoptar estos últimos la forma de depresión cuando no son tratados. Al mismo tiempo, la persona se siente poco realizada con su vida, ya que el no asumir responsabilidades le hace también no disfrutar de los retos, lo que indudablemente repercute en sus niveles de autoestima.

Finalmente, en los casos más extremos y extravagantes, podrían aparecer trastornos del pensamiento como los delirios, si bien en estos casos, muy probablemente exista una alteración psicopatológica que la justifique.


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